ACTIVIDADES NAUTICAS Y EVENTOS

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Disfruta el mar con nosotros

lunes, 22 de febrero de 2010

Lastres, un déstino prometido

Juan como tenemos "pendiente" un viaje a Lastres, me hago eco de ésta nota de prensa para ir preparando el ambiente.

Lastres, mirando al mar
Para este o para el próximo y, si no, para el siguiente. Reserva un fin de semana para acercarte a Asturias y conocer una de las poblaciones marineras con más encanto. Conserva todo el sabor de los pueblos pescadores de antaño y sus casas apiñadas de un empinado caserío parecen disputarse la mejor imagen del Cantábrico.
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Panorámica del caserío de Lastres, con la playa de la Griega al fondo/©Ana Müller.

A Lastres tienes que llegar a primera hora de la tarde, cuando las barcas regresan a casa y da comienzo en la lonja la rula o subasta del pescado. Es el momento en que la villa más marinera del concejo de Colunga hace honor a su tradición como importante puerto pesquero y su trajín cotidiano se convierte en todo un espectáculo: la descarga de los pescados y mariscos, la recogida de aparejos, la reparación de las redes... Y es que algo queda todavía en Lastres de aquel pasado en el que la abundancia de pesca y la captura de ballenas dieron prosperidad a esta localidad del litoral oriental asturiano.

Acabada la rula parece obligado hacer un ronda por los bares del entorno para probar sus ‘sardines’ a la plancha y quizá algunos ‘taquinos’ de queso de Cabrales bien acompañados de la sidra de la zona, que aquí se sigue escanciando y batiendo a la antigua usanza.

Al atardecer y desde el puerto, donde desemboca en fuerte pendiente la zigzagueante carretera que se adentra en la villa, tienes que iniciar el paseo por el casco urbano, declarado conjunto histórico. Siempre ascendente, te llevará por un laberinto de callejuelas estrechas y empedradas hasta alcanzar la iglesia de Santa María de Sábada, del siglo XVIII, con una gran torre y varios retablos en su interior de interés. Son las mil y una arterias que conforman este caserío donde nada desentona, abiertas a plazoletas llenas de encanto, fuentes, escaleras o capillas que surgen en los rincones más insospechados.

Entre suspiro y suspiro, van asomando las casas blancas y con corredores de madera y galerías acristaladas que muestran los barrios de La Fontana o La Atalaya, que más parecen estar colgadas sobre el abismo. También surgen señoriales casonas y palacios de los siglos XVI a XVIII, incluso una torre, la del Reloj, que conforman un conjunto arquitectónico único.

A la hora de la cena, Eutimio es todo un referente de la cocina marinera, y nada resulta más tentador en un pueblo como Lastres que sentarse a su mesa mirando al mar. La familia Busta Rosales lleva más de treinta años al frente de este negocio -además de regentar el hotel del mismo nombre y una empresa conservera- y sabe bien que los pescados y mariscos adquiridos diariamente en la lonja son el mayor reclamo de su carta, en la que tampoco faltan recetas tradicionales, como los potajes de antaño o las famosas fabes de la zona.

Sorprende también la cocina de El Espacio, un establecimiento en la carretera de Luces con una selecta carta de platos de la zona, y las recetas de la sidrería Vista Alegre, en la playa. No acabes la jornada sin tomar las últimas copas en el Azor, por donde no es extraño que se deje caer algún que otro personaje del papel couché.

Para el día siguiente quedan muchos otros planes, como contemplar el caserío desde el mirador de la ermita de San Roque, con el puerto deportivo a los pies, el perfil de la playa de la Griega un poco más lejos y la sierra del Sueve como telón de fondo.

¿Qué quieres más? Acércate a la playa de la Griega, este arenal triangular donde desemboca, formando un meandro, el río Libardón y empieza a buscar las huellas de dinosaurios cuadrúpedos de gran tamaño que conserva. O ve al faro de Lastres por un camino de dos kilómetros que desemboca al pie de los escarpados acantilados. Más allá queda el Museo del Jurásico de Colunga, la iglesia prerrománica de Santiago de Gobiendes y el Mirador del Fito, donde la panorámica de la costa y de los Picos de Europa que desde él se observa merece por sí sola una visita.

Dónde dormir
En el lujoso Palacio de Luces, que lleva el prestigioso sello Relais & Chateax. En Lastres, Eutimio, una casona de pocas habitaciones decoradas con gusto y vistas al mar. En Libardón, el Palacio de Libardón, un edificio del siglo XVII con dormitorios de estilo provenzal. Y en La Isla, la casona Los Caspios, próxima a la playa y con vistas al Cantábrico.

jueves, 11 de febrero de 2010

NO HAY NADA COMO SER LA "AUTORIDAD"

Un representante de la Consejería de Agricultura visita una finca
y habla con su dueño, un señor ya entrado en años.

Le dice al dueño que desea inspeccionar sus recursos acuíferos. El
anciano le dice que perfectamente, pero que por favor no pasase
por el terreno cercado.

El representante, demostrando su autoridad como digno funcionario
guapo y apoyado, le dice:

-' Mira, viejo: yo tengo la máxima autoridad de gobierno que
cabalmente represento, y este 'CARNÉ' que tu ves aquí me califica
para ir DONDE ME DE LA GANA, meterme en cualquier propiedad que ME
DE LA GANA, sea ésta de quien sea, SIN PREGUNTAS, y tampoco debo
dar respuestas. ¿ME HA ENTENDIDO o es que no me he sabido
explicar?

El viejo simplemente se encogió de hombros y siguió con sus
quehaceres.

Pasado un rato, el ganadero escucha unos gritos y logra ver al
empleado corriendo por su vida, seguido muy de cerca por un toro
semental. El toro va ganándole terreno y el tipo, aterrado pide
ayuda a todo pulmón.

El viejo de inmediato deja todo lo que estaba haciendo y va hasta
la cerca, gritándole a su vez:

-EL CARNET…… JODER ... EL CARNET. ¡¡¡¡¡ ENSEÑALE EL CARNET !!!!! ...
--

miércoles, 3 de febrero de 2010

Inspector de Hacienda

Una vez acabado el año fiscal, la Agencia Tributaria envió un inspector d Hacienda para auditar los libros de una sinagoga.

Mientras los iba comprobando, se giró hacia el rabino y le dijo:

- Observo que compraron un montón de cirios. ¿Qué es lo que hacen con los
restos de cera que gotean?

- Buena pregunta -dijo el rabino-. Las vamos guardando y las devolvemos
al fabricante, y de vez en cuando ellos nos envían gratis una caja de
cirios.

- ¡Oh! -respondió el inspector, algo decepcionado con que su insólita
pregunta hubiese tenido una respuesta tan buena, pero continuó con sus
odiosas maneras-.

¿Qué me puede decir sobre sus compras de galletas? ¿Qué hacen con las migajas?

- Ah, sí -respondió el rabino, dándose cuenta de que el inspector estaba
intentando ponerle en un aprieto con su absurda pregunta-,las recogemos y
las devolvemos a los fabricantes, y de vez en cuando nos envían gratis
una caja de benditas galletas.

- Ya veo -respondió el inspector, estrujándose el coco para ver como
podía sacar de quicio al sabelotodo del rabino-.

Bien, rabino, y entonces ¿qué es lo que hacen con los prepucios que van
quedando de las circuncisiones que llevan a cabo?

- Pues aquí tampoco desperdiciamos nada -respondió el rabino-.
Lo que hacemos es irlos guardando y enviarlos a la Agencia Tributaria , y de vez en
cuando, una vez al año más o menos, ellos nos envían un capullo completo.


El mayor placer de una persona inteligente es aparentar ser idiota
delante de un idiota que aparenta ser inteligente.