http://nauticajonkepa.wordpress.com/2009/09/08/la-tecnologia-puntera-que-viste-al-viento/
Publicado por jonkepa en Septiembre 8, 2009
El poder deslizarse sobre las aguas es, junto con el vuelo, una de las más viejas aspiraciones del ser humano. Civilizaciones como la egipcia, fenicia, vikinga o maorí han aprovechado la energía del viento para desplazarse en sus travesías marítimas y las velas han sido desde la antigüedad sus principales aliados para domesticar este elemento y ponerlo a su servicio.
Cuadras, de cuchillo o tarquinas, el velamen de las embarcaciones ha ido transformándose a lo largo de la historia. Con el paso de los siglos las formas han ido cambiando y se han buscado los diseños más aerodinámicos para domesticar los impulsos del viento y adaptarlos a sus necesidades: un tipo de velas para moverse mar adentro, otras para costear. Pero no fue hasta finales del XIX, en que aparecieron diferentes tipos de embarcaciones propulsadas a motor, cuando la navegación a vela dejó de ser rentable.
Coincidiendo con la desaparición de los veleros de las principales rutas comerciales, comienza una nueva etapa. La vela deja de ser un negocio y se convierte en aventura, en un desafío personal, en un deporte que cuenta cada día con más adeptos y, como antaño, la tecnología actual busca entender la naturaleza del viento para vestir a las velas con los materiales y diseños más innovadores.
Las velas del siglo XXI son estructuras inteligentes, únicas para cada embarcación, que se elaboran después de realizar un minucioso estudio en el que se tienen en consideración innumerables factores. Según Francisco Gil, responsable de la empresa Quantum Sail Design de Mallorca, el objetivo es crear la vela perfecta, adecuada a cada embarcación y programa de navegación.
Este velamen de última generación, que ha ido acumulando medallas en numerosas competiciones nacionales e internacionales de todas las categorías, fue elegido por 15 tripulaciones de todo el mundo en los pasados Juegos Olímpicos de 2008 en Qingdao, consolidando a esta empresa como una de las más importantes en vela ligera y olímpica en el ámbito mundial.
En los últimos años esta marca está desarrollando avances espectaculares en el diseño de tejidos y velas, y ha sacado al mercado productos tan novedosos como las velas membrana Fusion, muchas de la cuales se fabrican en las instalaciones que esta empresa tiene en Binissalem; ya que de las 60 sedes que la multinacional posee, este velamen sólo se realiza en sus factorías de Malasia y Mallorca.
«Son más rápidas, más ligeras y más duraderas, –explica Gil– esto se ha conseguido porque al tratar la vela como membrana, hemos obtenido un producto que apenas pesa, que se deforma casi un 50% menos y en el que hemos reducido considerablemente la cantidad de cola y plástico que se emplea en su estructura, dando como resultado una velamen que mantiene su forma original durante mucho más tiempo».
El primer paso es llevar a cabo un estudio pormenorizado de la embarcación; para que, teniendo en cuenta todos los datos, el diseñador decida la forma y el número, orientación, grueso y materiales de los hilos que van a constituir sus velas. Posteriormente, un plotter de grandes dimensiones se encarga de colocar los hilos y realizar el diseño que previamente se ha introducido en el programa informático. Cuando ha concluido este proceso se cubre este tejido con dos capas de film, una a cada lado, y se le pasa una laminadora con una temperatura y presión adecuadas que hace reaccionar las colas y suelda perfectamente toda la estructura. Finalmente, tras un tiempo de reposo se vuelve a pasar por el plotter para que marque con un rotulador las líneas por las que se debe cortar el tejido de la vela.
Para llegar a su diseño óptimo esta empresa emplea un programa informático que estudia la vela en tres dimensiones y que posibilita ver virtualmente las líneas de fuerza que tendrá este elemento.
«Uno de los mayores problemas que presenta el velamen de un barco es la deformación, –añade Gil– con el paso del tiempo este elemento pierde su perfil, lo que se traduce en una disminución de la velocidad. Tradicionalmente, para evitar este contratiempo se iban añadiendo refuerzos, pero el peso de la embarcación aumenta. El sistema de membrana busca atajar la deformación de antemano, realizando un tejido especifico para las velas de cada barco». Además de definirse el número de hilos, su grosor y dirección, los materiales también son importantes. Estas velas se fabrican con fibras de alta resistencia, que son a la vez muy ligeras y estables a los cambios de temperatura, como el vectran, el kevlar o el carbono.
«En principio, estas velas de membrana estaban destinadas para los barcos de competición, –comenta Gil– pero desde hace algo más de un año hemos comenzado a fabricar este mismo tipo de velas para embarcaciones de gran eslora. Esto ha sido posible gracias a la taffetta, una lámina de poliéster a mitad de camino entre el velamen de alta competición y el blanco de los cruceros. El resultado es una vela más ligera y más resistente frente a las inclemencias meteorológicas en general. La más grande de este tipo realizada en Mallorca es de 620 metros cuadrados y pertenece a un megayate de 120 pies». El grupo Quantum Sail Design se creó en 2003 a partir de la fusión entre la velería americana Quantum y la catalana Toni Tió Velas, perteneciente al empresario catalán Toni Tió. Su sede central está en Estados Unidos y cuenta con más de 60 plantas de producción en todo el mundo, entre ellas la de Barcelona y Binissalem. En esta última trabajan 24 personas.
El Mundo Baleares
miércoles, 9 de septiembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario